Tantas tacitas

Rió divertido, levantándose y mirándole dulcemente.

- ¿Qué clase de alternativas son esas?

No había pensado dónde pasar la noche. No sabía qué peligros le podía deparar aquellas tierras, así que tampoco tenía muy claro el riesgo. Pero si el pelinegro le había advertido de ello, sería mejor hacerle caso.

- ¿Por cuál debería decantarme?

-No lo se, depende si te agaradria una casa comoda , con chimenea, pero con un anfitrion bastante serio. O dos anfitriones que son un desastre..Igual que su casa.

Le sonrio y suspiro al ver como las farolas de al entrada , la fueta, la casa y de la mesa se encendian, dandole un ambiente mas magico a todo.

Meditó las alternativas, pero acabó suspirando y mirándole suavemente a los ojos.

- Habría que preguntar antes a los anfitriones, ¿no es así? - observó sorprendido la magia que desprendía el jardín a aquellas horas, al haberse iluminado todo aquello. - Preferiría convivir con el anfitrión serio, no sé qué haría yo en una casa desastrosa... - rió. - Pero aún así, no pretendo molestar. Tal vez pueda encontrar algo por algún lado...

-Edward es buen anfitrion, solo te mostarra tu cuarto, dodne esta el baño y no lo veras de nuevo hasta el dia siguiente. Solo no lo molestes mientras lee que detesta que lo hagan y no se toca el corazon en correrte de la casa

Si es que ya estaba acostumbrado a eso..Ya hiban varias veces que Edward lo sacaba de su casa y aunque fuera medianoche

Le sonrió ampliamente.

- Jamás molestaría a alguien que estuviera leyendo.

Meditó las palabras del chico y las posibilidades que tenía. ¿Qué podía hacer sino ser huésped de aquel tal Edward hasta que por lo menos encontrara una residencia para él? Suspiró con suavidad. Aún no tenía claro si molestaba de verdad (que obviamente lo hacía).

Le miró a los ojos, levemente preocupado.

- ¿Seguro que no será una molestia para él?