Bocabajo en el suelo, con las piernas cruzadas y apoyado sobre los codos, leaia tranquilamente, pasando las paginas con un suave movimiento de muñeca, mientras a la vez miraba a su hermanito jugar, solo era un minuto mayor que él y no se notaba la diferencia entre ambos, pero en si eran muy diferentes.
-Te estoy viendo- rió mirandole -¿los murcielagos llevan chistera? porque en ese caso, deben ser muy corteses-